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Flammkuchen, el placer de comer en Alsacia
Los caprichos de la geografía y la historia han hecho que Alsacia, esa región al oeste del Rin en eterna disputa entre Francia y Alemania, han hecho de ella un fabuloso cruce de caminos en el que se encuentran lo mejor de los dos países. También en cuanto a su gastronomía: los alsacianos saben comer muy bien y uno de sus platos estrella, sencillo y delicioso, es el Flammkuchen.
Este plato, llamado también Flammenkuchen o Tarte Flambée, que algunos confunden con la pizza. Se trata de una fina masa de pan elaborada solamente con harina y agua, sobre la que se colocan los ingredientes tradicionales: cebolla cruda, panceta (speck) y nata líquida, sin posibilidad de introducir variaciones. No hacen falta más: la combinación de sabores es magnífica. Todo se hornea y se sirve sobre una tabla de madera.
Es curioso saber que este plato nació a mediados del siglo XIX cuando los panaderos usaban una masa de pan fina y simple para controlar la temperatura del interior de sus hornos.
Con el tiempo, se deicidó aprovechar la masa con los ingredientes que había a mano y preparar con ella una comida sencilla.
En cualquier caso, ahora el Flammkuchen es uno de los platos más conocidos y baratos de Alsacia. En todas las grandes localidades de la región como Estrasburgo, Colmar o Mulhouse, e incluso del otro lado del Rin, como Freiburg, es posible encontrar restaurantes tradicionales con manteles a cuadros (parecidos a las pizzerías italianas) donde se sirve Flammkuchen a volonté, es decir, se paga por ejemplo 10 € ó 12 € a cambio de tener “barra libre” de este plato.
Aviso: el Flammkuchen llena más de lo que parece. Lo mejor es comerlo acompañado de un buen vino alsaciano y dejarse llevar por los aromas y los sabores de estas tierras.
Fotos vía: elsass-flammerie.de